El metaverso puede ofrecernos el próximo gran salto evolutivo de Internet… o quedarse en nada porque fracase. Todavía es muy pronto, y empresas como Facebook sólo están empezando a crear las infraestructuras y los primeros conceptos que lleven a un futuro donde haya dispositivos capaces de llevarnos a él. Por lo tanto, es más un concepto, un lienzo en blanco, que una realidad a la que podamos conectarnos hoy.
En su visión, Facebook espera que el metaverso pueda ofrecer tantas oportunidades como el mundo físico real, con la posibilidad de crear nuestros propios negocios en él. Imagínate poder caminar por las calles de la ciudad Xataka, y poder charlar con los avatares virtuales de otras personas, que han abierto unas tiendas y nos ofrecen poder probarnos y comprar ropa virtual, un coche virtual, o un apartamento virtual.
También puede tener aplicaciones prácticas, como reuniones de trabajo en la que todos compartan una oficina virtual conectándose desde sus casas, y ni siquiera tengan que preocuparse por arreglarse para la reunión. Da igual si estás en pijama o despeinado, lo que el resto de personas verá será tu avatar, tu personaje virtual.
Un metaverso también podría tener su propia economía, con algún tipo de moneda virtual que podamos comprar con nuestro dinero real, o ganar de alguna manera dentro de las interacciones que ofrezca. Quizá incluso se puedan crear puestos de trabajo. “¿En qué trabaja tu sobrino? Es el encargado de una tienda virtual en el metaverso”.
Y por último, buscando algo más cercano y humano, también nos permitirá interactuar con personas que están físicamente lejos de una manera más realista, mirándonos a nuestros ojos virtuales y a nuestras gesticulaciones reproducidas por los sensores del casco de realidad virtual que llevemos. Podremos hablarnos, podremos pasear por mundos virtuales, y no importará desde dónde nos conectemos. Incluso podremos expresarnos como realmente nos sentimos que somos, y no cómo somos físicamente.
Evidentemente, la esperanza de Facebook es que el metaverso que se imponga sea el suyo, porque otras empresas van a proponer otros casi seguro. Entonces ellos serán los que controlen y se beneficien de todo, de la economía y de todos los negocios que se realicen dentro.
También es de esperar que el metaverso esté lleno de micropagos. Por ejemplo, pagar para cambiarle de ropa a nuestro avatar de la misma manera que pagamos por nuestra ropa. Y poniéndonos ya a pensar en serio, quizá pagar por poder realizar determinadas acciones íntimas con otras personas, por poder usar determinados materiales al crear algo dentro del metaverso, y no sé. Pagar por más cosas de las que pagamos hoy en día.
En cualquier caso, estas son suposiciones. A día de hoy el metaverso es un concepto, una idea, y un lienzo en blanco. Va a tener muchas posibilidades, pero todo dependerá de la voluntad que haya para crearlo, del camino que se siga para hacerlo, y de lo accesible que sea para todos. Porque esa es otra de las claves, que todos podamos disfrutar de él.
Cuándo será real el metaverso
Actualmente, el metaverso es sólo un concepto que está empezando a construirse. La empresa Meta, antes conocida como Facebook, ha presentado la idea y anuncia fuertes inversiones para convertirla en real. Pero todavía falta ver si otras empresas se unen en el esfuerzo para crear las tecnologías que lo hagan posible.
Porque todavía no tenemos las tecnologías que pueden hacer real ese concepto. No tenemos dispositivos de realidad virtual que realmente nos hagan movernos como si estuviéramos dentro de ese universo de forma realista. También falta toda la infraestructura en términos de diseño. Es un universo que se quiere crear, pero todavía no tiene regiones, calles ni nada, únicamente algunas habitaciones virtuales que están usándose para las primeras pruebas.
Durante los próximos años iremos viendo cómo van lanzándose nuevos dispositivos que busquen conectarnos con esta nueva realidad virtual. La idea es que en el futuro sean muy completos y de precios asequibles, pero hasta que eso sea real, posiblemente todavía no permitan grandes interacciones y sean bastante caros.
Por lo tanto, todavía estamos muy lejos de poder conectarnos todos a un metaverso en el que interactuar. Faltan desarrollar ese universo virtual, y también desarrollar la tecnología que haga posible que nos conectemos a él. También hace falta hacer que, cuando exista, esa tecnología sea asequible para todos.
Sin embargo, durante los próximos años posiblemente escuches y leas hablar a menudo sobre este metaverso, ya que es de esperar que varias empresas empiecen a desarrollar todo lo necesario para conectarnos a él. Es un concepto interesante y lleno de posibilidades de negocio para las empresas, por lo que poco a poco iremos viendo cómo se le da forma.