El metaverso es el gran tema de conversación en el sector tecnológico en la actualidad, y lo es, sobre todo, porque un magnate de la industria como Mark Zuckerberg está empeñado en hablar de él, no porque esta nueva frontera de internet esté ya desarrollada o esté claro que vaya a funcionar. Tal es el ruido que ya está salpicando a otras compañías que, en principio, se están tomando el tema con mucha más prudencia, como Google.
El CEO de los californianos, Sundar Pichai, fue preguntado por los proyectos de la multinacional en los campos de la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (RV) durante su presentación de resultados del tercer trimestre, y se mostró mucho más comedido en sus comentarios que su homólogo de Facebook. El dirigente de Google explicó que están pensando mucho en la computación ambiental y que consideran que es cuestión de tiempo que los smartphones den paso a mejores formas de acceder al universo digital, como las gafas inteligentes.
Pichai compartió algunos de los proyectos en los que actualmente están trabajando en Alphabet (matriz de Google), la mayoría centrados en la realidad aumentada, aunque también algunos de realidad virtual.
Así, por ejemplo, explicó que están trabajando para que YouTube funcione tanto en entornos VR como AR o mejoras para Google Lens.
No obstante, el enfoque a corto plazo de Google parece centrado en la realidad aumentada, porque no parecen haberle encontrado aún una salida satisfactoria a la realidad virtual como negocio. En especial después de su último gran fracaso en este campo: las gafas Cardboard y la plataforma asociada a éstas, Daydream View VR.
Esto no quiere decir que Google pierda de vista la realidad virtual y su vasta extensión en un posible metaverso, pero sus fracasos anteriores parecen haberles enseñado a tomarse las cosas con calma. No hay que olvidar que las Google Glass supusieron un sonado fracaso hace unos años, y ahora Alphabet les está dando una segunda oportunidad. Con la tecnología VR todo indica que el camino que seguirán será el mismo y apostarán por ir poco a poco, sin dejarla de lado ni arriesgar demasiado.
El fracaso, compañero habitual de las tecnológicas
Embarcarse en proyectos de investigación y desarrollo de tecnología innovadora es un camino sumamente arriesgado, en el que, como en casi todo en la vida, si la osadía sale bien los beneficios que se obtengan de ella serán mucho más cuantiosos de los que se habrían conseguido de apostar por lo conocido. Aunque, si se fracasa, las pérdidas pueden ser dramáticas.
Las multinacionales tecnológicas están acostumbradas a hacer este tipo de apuestas, en las que invierten muchos millones de dólares al año, y fracasar, tal y como cuenta el compañero Javier Pastor en este artículo. La mayoría de ellas, sin embargo, optan por la diversificación y por comprometer cantidades que, si bien son importantes, en ningún caso pondrán en peligro la viabilidad del negocio, como ha hecho Google con sus Glass o con las Cardboard.
Por eso llama tanto la atención la arriesgada inversión de Facebook en el metaverso. Más allá de la turra que está dando Zuckerberg con él cada vez que habla en público, lo cierto es que la red social está invirtiendo cantidades ingentes sólo en este proyecto, y piensa aumentar el desembolso en los próximos años.
En la última presentación de resultados trimestrales de la red social, el CEO aseguró que este año fiscal van a reducir sus ganancias operativas en alrededor de 10.000 millones de dólares debido a los enormes gastos de Facebook Reality Labs, la división de la compañía que se encarga de las investigaciones sobre realidad virtual y aumentada. Y anunció que tienen previsto que ese desembolso se incremente en los próximos años. Además, hace poco Facebook anunció que va a contratar a 10.000 nuevos empleados sólo en Europa para desarrollar el metaverso.
Una apuesta tan importante sorprende, sobre todo, porque si el metaverso resulta no ser la mina de oro que Zuckerberg vaticina, la enorme inversión que ya está realizando y que planea aumentar en los próximos años podría suponer un serio revés económico para Facebook. Y más si tenemos en cuenta los múltiples escándalos a los que se está enfrentando últimamente, muchos de los cuales podrían conllevar importantes sanciones monetarias.
No obstante, Facebook sigue teniendo dinero para quemar a espuertas. En 2020 reportó unos beneficios de algo más de 29.000 millones de dólares, un 58% más que el periodo anterior. Pero la gallina de los huevos de oro no vivirá para siempre, y Zuckerberg ha puesto sobre la mesa más cartas de lo que la prudencia empresarial recomienda para su ansiado metaverso. Muy claro tiene que verlo.